Texto: Hugo León
Foto: Marco Laccobucci | Shutterstock
Tras el deceso del Santo Padre Jorge Mario Bergoglio, el Vaticano hizo público su testamento, redactado el 29 de junio de 2022, en el cual plasmó su voluntad de que su sepulcro esté en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus.
“Sintiendo que se acerca el ocaso de mi vida terrenal, y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad testamentaria sólo en cuanto al lugar de mi sepultura”, expresó en el documento.
Señaló que su vida y su ministerio sacerdotal y episcopal los confió siempre a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima, por lo cual pidió que sus restos mortales descansen esperando el día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor.
“Deseo que mi último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico, para encomendar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados”, añadió.
Especificó el deseo de que su sepulcro fuera preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal.
Sobre los gastos para la preparación de su entierro aclaró que serían cubiertos por la suma del benefactor que dispuso, que sería transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y para la cual encargó las oportunas instrucciones al Arzobispo Rolandas Makrickas, Comisario Extraordinario del Capítulo Liberiano.
“Que el Señor dé una merecida recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí”, aseveró el Santo Padre en su testamento, a lo que añadió que el sufrimiento que se hizo presente en la última parte de su vida lo ofreció al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos.
Las causas de la muerte del Papa, quien dejó este mundo a las 7:35 am del 21 de abril de 2025, fueron derrame cerebral, coma y colapso cardiovascular irreversible.
El profesor Andrea Arcangeli, director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, así lo certificó en el informe de defunción publicado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El documento médico indicaba que el Papa presentaba antecedentes de insuficiencia respiratoria aguda en neumonía bilateral multimicrobiana, bronquiectasias múltiples, hipertensión y diabetes de tipo II.