Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: RRSS
Lo que inició este viernes como una pequeña protesta de vecinos se convirtió en una manifestación masiva en Río Cauto, en la que varias de personas se lanzaron a las calles para exigir la liberación de Mayelín Carrasco Álvarez, madre cubana detenida esta semana por manifestarse en solitario en la vía pública y denunciar la grave situación de escasez que se vive en este territorio.
Al lugar llegó la primera secretaria del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Granma, Yudelkis Ortiz Barceló, quien, en un intento de aplicar la situación, se escudó en el clásico discurso político en que “la revolución no le va a quitar a nadie lo que le ha dado»,
La manifestación movilizó de imprevisto a los funcionarios y los cuerpos policiales que se trasladaron rápidamente hasta la zona.
Ortiz Barceló se atrevió a decir que «La Revolución fue la que dio la electricidad» a Río Cauto y por si fuera poco agregó: «¿Qué era Río Cauto antes del triunfo de la Revolución? Apenas había nada. Todo lo que se ha construido es gracias a la Revolución».
Medios como CMKX Radio Bayamo informaron que las autoridades reconocieron «insatisfacciones y reclamos por situaciones reales que afectan la cotidianidad»; pero claramente no informaron sobre la detención de esta madre cubana, que fue el desencadenante de la protesta.
Así lo cuenta la nota oficial: «Hasta el lugar llegaron las máximas dirigentes del Partido y el Gobierno en la provincia y establecieron diálogo con los presentes. Intercambiaron sobre atrasos en la entrega de la canasta básica, impagos de salarios, abasto de agua, la venta de la leche, el transporte y la situación del déficit de generación de energía eléctrica».
El activista cubano Jorge Castro, escribió en su perfil en X: «¿Tener hambre es un delito?, le grita una madre cubana a la policía, “pues que nos lleven a todas”, le responde otra mientras un oficial del MININT las graba con un teléfono».
“Libertad para Mayelín” pedían los manifestantes, con carteles en apoyo a la causa. Algunos hicieron sonar sus calderos hasta que llegaron las autoridades a Guamo Viejo, un poblado rural de unos 600 habitantes, en donde tuvo lugar el suceso.
