Foto: Proyecto Arraigo
Texto: Fede Gayardo
Otra familia cubana se ha establecido en una región de España gracias al Proyecto Arraigo, una iniciativa del país europeo que facilita la migración a áreas rurales españolas.
Según informa la web oficial del proyecto, la familia de Osmanis Olivera y Yaima Peña, un médico y una abogada, ya se encuentra en la localidad Trespaderne, del municipio de Burgos, junto a sus hijos Nachly (4 años) y Erick (7 años), y la madre de Osmanis, Berta Fajardo.
“Tomamos la decisión de venirnos a un entorno rural en España buscando un cambio de vida, aun sabiendo que íbamos a estar lejos del resto de nuestra familia y del entorno social al que estamos acostumbrados”, comentó uno de los integrantes de la familia cubana,
El Proyecto Arraigo tiene como objetivo ayudar a familias con antecedentes españoles que desean trasladarse a zonas rurales de España, brindándoles apoyo integral para que se adapten a su nuevo entorno. A través de esta iniciativa, los inmigrantes reciben asistencia en trámites legales y acompañamiento en su integración a la comunidad local.
En el caso de esta familia de la isla se mudaron a Trespaderne, un pueblo al norte de Burgos, donde viven en torno a 700 personas, pero cuyos vecinos según afirman son “atentos, comunicativos, sociables, y eso nos ha hecho sentir muy en familia”.
Antes de llegar a España, Osmanis y Yaima realizaron una entrevista de trabajo por videollamada con los propietarios de un restaurante de Frías, ciudad turística cercana a Trespaderne.
Luego, a solo unos días de llegar a esa localidad española, Yaima ya estaba trabajando como ayudante de cocina: “A pesar de estar muy alejado de mi profesión como abogada en Cuba, me han hecho sentir muy a gusto, como en familia, con un excelente trato y comunicación con todo el equipo de trabajo», explicó Peña.
Como bien explican en su web oficial, el Proyecto Arraigo proporciona ayuda con todos los trámites legales necesarios a la llegada a España: empadronamiento, matriculación de los niños en la escuela, obtención del DNI y pasaporte, gestión del número de la Seguridad Social, solicitud de tarjeta sanitaria, presentación de solicitud de residencia para los miembros de la familia que aún no lo poseen, y otros trámites específicos.
Una vez realizados estos procesos, aseguran que “no se desentienden, sino que realizan un acompañamiento los primeros meses, que aseguran que el proceso de inclusión en el pueblo se hace en las condiciones óptimas”.
El proyecto tiene una extensa lista de pueblos que buscan nuevos habitantes, para lo cual convocan a las familias o personas interesadas en hacer el cambio a una vida rural.
El primer paso, afirman que es sencillo: “llenar un formulario con sus preferencias. Luego, vendrá el complejo proceso de ‘ver cómo cada perfil puede encajar en las diferentes oportunidades’ con múltiples entrevistas”.
Además, tienen una red de técnicos sobre terreno, habitantes locales que conocen en detalle los lugares y que ayudan a ubicar viviendas y empleos, u opciones para emprender, para los interesados y gestionan al menos una visita al pueblo.
Un artículo publicado en su sitio insiste en que aunque algunos casos se resuelvan rápido, un “arraigo exitoso”, con empadronamiento y que perdura en el tiempo, suele tomar de ocho meses hasta un año.
“Para nosotros ha sido una experiencia muy bonita llegar a un país que nos va a acoger, y nos permite buscar un futuro para la familia”, concluyó Osmanis Olivera.
