Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: Chip Somodevilla | Shutterstock
Cuando apenas han pasado poco más de 10 días de la administración de Trump, ya se siente el efecto de su política de restricciones hacia Cuba. No espero nada para comenzar a deportar migrantes, cerrar fronteras con México e implantar sanciones no solo a Cuba, sino a varios países de la región.
Si bien la Isla había tenido flexibilizaciones con la administración saliente de Joe Biden, a Trump no le ha importado en absoluto ese “avance”, por lo que ha reinstaurado sanciones económicas y migratorias, que buscan dejar más desamparada a la economía cubana, restringiendo, sobre todo, el acceso del gobierno cubano a las divisas.
Justo ayer, el Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, publicó un comunicado al respecto, cuyas decisiones marcan un endurecimiento en la política estadounidense hacia el gobierno de Díaz-Canel. La idea, en este sentido, es cortar las fuentes de financiamiento del régimen así como limitar su influencia en la región.
Cuando solo habían pasado pocas horas de su toma de posesión, el 20 de enero de 2025, Donald Trump volvió a incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, revocando la decisión de Biden de excluirla. Esto, por supuesto, conlleva a sanciones financieras, restricciones en transacciones internacionales y un mayor aislamiento en el sistema bancario global.
Ese mismo día, también ordenó eliminar el programa de parole humanitario, que permitía la entrada legal a EE.UU. con permisos de residencia temporales para ciudadanos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití, dejando en un abismo a más de medio millón de personas que ya habían sido aprobadas o estaban en proceso de solicitud.
Por si fuera poco, Trump ha dejado claro su intención de utilizar la base naval de Guantánamo como centro de detención temporal de unos 30,000 inmigrantes de «alto riesgo» por las autoridades estadounidenses, una idea muy cuestionada organizaciones de derechos humanos pues revive políticas de detención masiva.
Este 31 de enero se anunció la reincorporación de varias entidades cubanas a la lista de empresas restringidas, sobre todo aquellas controladas por el conglomerado militar GAESA, lo que prohíbe a ciudadanos y compañías estadounidenses realizar transacciones con empresas vinculadas con las fuerzas armadas cubanas.
En este sentido, retomó las sanciones a Orbit S.A., la empresa del gobierno cubano para gestionar las remesas desde el exterior, a cargo de GAESA, prohibiendo a agencias estadounidenses, como Western Union, realizar transacciones de ningún tipo.
Aunque el principal propósito de Estados Unidos es frenar el flujo de dinero que va a manos del gobierno comunista, las medidas impactan a la población cubana, quienes tendrán que buscar métodos alternativos, casi siempre más costosos y peligrosos, para mantener la ayuda económica de sus familiares en el exterior.
Todas las subvenciones y financiamiento federal a programas de ayuda exterior, también se pretender suspender, lo que deja en una gran incertidumbre tanto organizaciones no gubernamentales como medios independientes en Cuba que dependen de estos fondos. Si bien una jueza federal bloqueó temporalmente esta medida, no se descarta su aplicabilidad en cualquier momento.