Texto: Raúl del Pino
Fotos: RL Hevia
El primer alegrón para Cuba en los Juegos Olímpicos de París llegó bajo la lluvia y a la sombra de la Torre Eiffel. La pareja antillana integrada por Jorge Alayo y Noslen Díaz logró lo que puede de calificarse de la primera sorpresa del vóley de playa al barrer de forma contundente por 2-0 a la dupla de Estados Unidos.
Los cubanos no parecían debutar bajo los cinco aros ni mucho menos ser el binomio más joven de la historia de una competición olímpica de este deporte. No habían pasado los primeros minutos del choque cuando ya se habían echado en un bolsillo a los miles de espectadores que desafiaron al descompuesto clima parisino y abarrotaron con capas y sombrillas las gradas del estadio temporal emplazado en el Campo de Marte.
El dúo norteamericano de Andrew Benesh y Miles Partain demostró en los primeros compases su mayor rodaje y maestría, que no por gusto los ha hecho ubicarse en el escaño número nueve del ranking mundial, tres por delante de los caribeños. Sin embargo, Alayo y Díaz supieron recuperarse de una desventaja de 11-16 y marcaron una seguidilla de ocho puntos para revertir el parcial e imponerse espectacularmente 21-18.
Un repunte de ese calibre no lo esperaba ninguno de los estadounidenses, ni los jugadores sobre la arena mojada ni los comentaristas de la cadena NBC, que asombrados por la calidad de los caribeños se desvivieron en elogios durante la trasmisión del partido. En el segundo set, ya Cuba había tomado la confianza suficiente para llevar la batuta y desde el comienzo dominaron el marcador, disputando con precisión milimétrica cada balón y defiendo magistralmente la net.
Allí estaría el punto clave que inclinaría la balanza finalmente a favor de los insulares. La figura de Jorge Luis Alayo se hizo inmensa cazando los remates de Partain. Cuatro veces en el segundo parcial el villaclareño de 23 años bloqueó al norteamericano de 22, suficientes para decretar otra vez el triunfo de 21-18 y a la vez la victoria en el partido.
En total, el villaclareño de 1,98 metros sumó siete bloqueos durante el duelo, por solo dos de sus rivales. El resto de las acciones estuvieron igualadas, aunque los antillanos arriesgaron más en saque, con servicios rozando los 90 kilómetros por hora, y acumularon más errores en ese acápite. Más allá de lo sucedido en la cancha, se esperaba que el clima pudiera jugarle una mala pasada a los representantes de la isla, toda vez que están acostumbrados a otro tipo de temperaturas, muy diferentes al frío y lluvia que ha presentado París en estos primeros días.
En ese sentido, Noslen Díaz declaró en zona mixta que “estamos adaptados a los 38-40 grados, preferimos siempre jugar con sol bien fuerte, pero tenemos que saber jugar en cualquier condición y adaptarnos al clima que haya. Si sigue lloviendo saldremos igual a guerrear como cubanos que somos”.
Por suerte para ellos, en su próxima presentación, el próximo martes 30 de julio, se prevé sol y termómetros que marquen más de 30 grados en la capital francesa. Y aunque los cubanos ya dejaron claro que pueden lucirse en cualquier circunstancia, lo cierto es que mientras más cómodos se sientan, mejor podrán desplegar sus potencialidades ante una de las parejas favoritas del evento, los brasileños George Wanderlei y Andre Loyola, terceros del escalafón universal.
El pulso entre caribeños y sudamericanos promete ser un remake de la disputada final de los Panamericanos de Santiago de Chile 2023. En aquella ocasión los representantes de Brasil ganaron la medalla de oro al imponerse 2-1, pero la pareja cubana ha crecido notablemente desde noviembre de 2023 hasta la fecha. En su debut en los Juegos Olímpicos, frente a Estados Unidos, lo acaban de demostrar.
