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Texto: Hugo León
En medio de la controversia política las protestas de millones de venezolanos en su contra, el presidente proclamado por el CNE, Nicolás Maduro, asegura que WhatsApp está siendo utilizada masivamente para amenazar a los revolucionarios, y por tanto, quiere que el pueblo deje de usarla.
En televisión nacional Maduro aseguró que la aplicación de mensajería instantánea es usada por estos días para amenazar a militares y policías, así como líderes comunitarios.
“Por WhatsApp están amenazando a la familia militar venezolana, a toda la oficialidad, por Whatsapp están amenazando a la familia policial, por Whatsapp están amenazando a los líderes de calle, de comunidad, por Whatsapp están amenazando a todo aquel que no se pronuncie a favor del fascismo”, dijo a inicios de esta semana.
La solución para él es eliminar de raíz el mal, o sea, WhatsApp. En medio de un acto pidió a sus seguidores el “retiro voluntario, progresivo y radical” de la aplicación, y dijo que de todos modos ya existían otras alternativas, como Telegram.
“Yo voy a romper relaciones con Whatsapp, porque Whatsapp la están utilizando para amenazar a Venezuela, y entonces yo voy a eliminar mi Whatsapp de mi teléfono para siempre”, agregó.
“Dile no a Whatsapp, fuera Whatsapp de Venezuela”, expresó y procedió a desinstalar la aplicación en público. Esto, no obstante, no significa necesariamente que Maduro no use más la aplicación pues tanto los contactos como los mensajes con salva pueden ser descargados nuevamente.
TikTok e Instagram, las otras apps “fascistas”
Para Maduro, no son millones de personas por su sano juicio quienes protestan en su contra y exigen su dimisión después de un presunto fraude en las elecciones, sino personas que están siendo engañadas y llamadas a la división desde el exterior.
Este domingo, el presidente venezolano dijo que las redes sociales de Instagram y TikTok son “instrumentos multiplicadores del odio y del fascismo”.
La “cruzada” de Maduro se basa en que estas aplicaciones son “instrumentos multiplicadores conscientes del odio y el fascismo, y el intento de dividir entre los venezolanos y de crear fanáticos fascistas que atacaran a la Policía, a los militares o al pueblo chavista en sus comunidades”.
Dice el presidente también que en Venezuela no hay «ningún tipo de regulación nacional» sobre el uso de las redes, por lo que pidió recomendaciones al Consejo de Defensa y el de Seguridad sobre este tema, pues las redes sociales “han infectado” a importantes sectores de la sociedad.
¿Una guerra contra la información?
Ciertamente en TikTok, en Instagram y en WhatsApp se comparten a diario millones de mensajes, comentarios y publicaciones relacionadas con Venezuela. Lo mismo sucede en Facebook, Twitter, Threads y cualquier otra red social o aplicación de mensajería, porque la nación sudamericana está en boca de millones de personas preocupadas por lo que allí sucede.
El pedido de Maduro, sin embargo, recuerda a los apagones de Internet que aplica el gobierno cubano cuando hay protestas en su contra, o a las quemas de literatura de ciertos gobiernos a lo largo de la historia.
Las redes sociales son testigos del estallido social en Venezuela contra el gobierno, el más grande de la historia reciente de la nación. El país, uno de los más ricos del mundo en términos de recursos naturales, se ha convertido en uno de los más pobres de la región de la mano del chavismo, el programa político que hace un cuarto de siglo llegó al poder cargado de promesas que inicialmente cumplió, pero que luego le quedaron grandes, según coinciden muchos.
Ahora, al ritmo de las protestas, el gobierno ha encarcelado a miles de personas, negado la salida del país a periodistas y carga contra las redes sociales y contra todo lo que se le oponga..
