septiembre 16, 2024
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Las Tunas, el primer campeón de Cuba en tiempo de Juegos Olímpicos

Foto: RL Hevia

Texto: Raúl del Pino

¿A quién se le ocurre organizar el principal evento deportivo de Cuba de tal forma que su gran final coincida con la fiesta multideportiva más grande del planeta? Exactamente eso sucedió en la 63 Serie Nacional de Béisbol, cuya discusión del título entre Las Tunas y Pinar del Río se disputó en plenos Juegos Olímpicos de París.

Por eso el segundo campeonato consecutivo de los Leñadores –y el tercero de su historia–, finiquitado este domingo tras vencer en cuatro de cinco juegos a los Vegueros, acaparó poco interés, no solo de la afición beisbolera de la isla, sino para los medios de comunicación, inmersos en las emocionantes pero agotadoras jornadas que trascurren en la capital francesa.

Pero la verdad sea dicha, las pocas expectativas alrededor del desenlace del pasatiempo nacional también son consecuencia de una situación que se viene acumulando en los últimos años, donde la calidad del certamen ha ido en picada y los problemas organizativos han hecho mella en lo que debe ser un espectáculo más allá de lo deportivo.

Un equipo pinareño renacido, con el ex MLB Alexei Ramírez de vuelta a la pelota cubana tras 15 años, fue el alma de una Serie iniciada otra vez a destiempo, en marzo, jugándose casi en su inmensidad bajo un dañino sol y en horarios donde las temperaturas superaban los 35 grados.

Los pupilos de Alexander Urquiola dominaron la clasificatoria de punta a cabo, con un bateo descomunal liderado, además de la figura de “el Pirineo”, por William Saavedra y Yasser Julio González. En la postemporada tampoco bajaron la intensidad, y nadie dudaba que las mayores papeletas para campeón corrieran de su parte.

Sin embargo, el éxtasis de los pinareños que regresaban a una final después de ocho años quizás pasó por alto la confianza y consistencia de la llamada “pesadilla oriental” que, sin dudas, constituye uno de los tres elencos más estables del béisbol insular en este período de tiempo, junto a Granma y Matanzas.

El mentor Abeisy Pantoja supo recoger el testigo que dejó Pablo Civil, protagonista de aquel primer título en la Serie 58, y desde el año pasado perfeccionó una nómina donde seguían brillando los mismos veteranos de siempre –dígase los hermanos Alarcón, Larduet, Viñales–, ahora junto a nuevos protagonistas –Denis Peña, los hermanos Baldoquín– para darle forma al bicampeonato.

La diferencia más marcada entre el cetro anterior –a costa de Industriales en el Latino– y el actual –el primer celebrado ante su público en el Julio Antonio Mella– pudiera encontrarse en la ausencia de un histórico como Danel Castro, que colgó los spikes justo en el primer juego de esta campaña, pero aun así, los Leñadores mantuvieron el mismo ímpetu que les había inculcado el que fuera su referente por más de tres décadas.

Con o sin protagonismo mediático, Las Tunas alcanzó a los Tigres de Ciego de Ávila con tres coronas del béisbol cubano en sus vitrinas, y por lo visto, todo indica que el año que viene parte nuevamente en la pole position para lograr el tetracampeonato. Equipo, dirección y afición tienen para ello, por más que en el resto del país sus éxitos pasen sin penas ni gloria.

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