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Texto: Redacción Cuba Noticias 360
¿Una antigua ciudad sumergida en Cuba? Sí, esa es una de las hipótesis que manejan algunos sobre un hallazgo que tuvo lugar en el año 2000 al noroeste de la península de Guanahacabibes. No obstante, a 24 años de ese descubrimiento no hay pruebas que concluyan qué son realmente las “extrañas estructuras submarinas” nombradas Mega.
Varios reportes de prensa han hecho referencia durante todos estos años al hallazgo, un misterio que continúa sin resolverse por parte de los científicos debido a la falta de pruebas que permitan arrojar conclusiones certeras.
Llamada también “La ciudad sumergida de Cuba”, el descubrimiento data del 2000, cuando la expedición cubano-canadiense Exploramar trabajaba en la búsqueda de barcos hundidos en el área de la península de Guanahacabibes, Pinar del Río.
Uno de sus integrantes, el doctor en Ciencias Geológicas Manuel Iturralde, recordó al diario estatal Granma que mediante un sonar de barrido lateral, las investigaciones revelaron “una serie de estructuras muy peculiares entre 600 y 750 metros de profundidad, en el lecho de un valle submarino al noroeste de la península, al pie del Bajo de San Antonio”.
El sistema sonar permite obtener una especie de radiografía del fondo marino donde se pueden detectar objetos enterrados en la arena. Tras esto, se obtuvo un mapa del suelo marino en el que se destaca una serie de formas que la ingeniera jefa del proyecto, Paulina Zelinstski, interpretó como “corredores, cubículos y gruesas paredes”.
Posteriormente, cuenta el Dr. en Ciencias, emplearon un minisubmarino que disponía de cámaras, luces, un brazo mecánico y un recipiente para obtener fotografías y videos.
Fue así como se obtuvieron filmaciones que revelaron la presencia de bloques calizos dispersos por el fondo, tanto irregulares como poliédricos, un bloque en forma cuadrática y otro de un metro de diámetro con forma de pirámide.
El hallazgo más llamativo fue “una pequeña placa gris de un material desconocido (aparentemente un metal) de entre 20 y 30 centímetros de largo y uno o dos de grosor, sobre cuya superficie no hay organismos adosados, algo muy poco común”, amplió Iturralde.
Aunque en ese momento no se pudo determinar su origen porque el operario que manejaba el minisubmarino no tomó una muestra de la misma, posteriormente se decidió regresar al sitio para observar mejor aquel extraño objeto y tomar muestras adicionales. A pesar de ello, no se pudo cumplir el objetivo por fallos técnicos en el minisubmarino.
El mayor misterio hasta la fecha para el investigador sigue siendo la identificación de esa placa y su procedencia.
Las hipótesis que se valoran incluyen el hecho de que muchos de los elementos detectados por el equipo de sondeo tienen cierta linealidad y formas geométricas peculiares, lo que ha dado pie a pensar que “pudiera tratarse de estructuras construidas por seres inteligentes”. Además, otros de los indicios sería que en el área de Mega el sonar cartografió formaciones que se asemejan a calles y construcciones.
Al no existir pruebas concluyentes es imposible negar o confirmar que se trate de una ciudad sumergida, aunque los científicos no olvidan la capacidad de la naturaleza para crear formas fascinantes en cualquier espacio. Esa es precisamente otra de las hipótesis: simples estructuras naturales.
El investigador insiste en que para resolver el misterio es necesario realizar nuevos sondeos del fondo marino con la técnica moderna de sonar, la cual obtiene imágenes mucho más exactas, así como hacer excavaciones a más de 600 metros de profundidad.
Al parecer esto no será posible por ahora. Primeramente, porque las investigaciones cubano-canadienses fueron canceladas en 2005 debido a desacuerdos surgidos entre las partes, y segundo, porque para retomarlas se necesitaría un presupuesto millonario del que, según el especialista, ha sido imposible disponer.
Con un poco de esperanza el científico afirmó que “de comprobarse que estas estructuras fueron hechas por seres inteligentes, sería un descubrimiento importantísimo”, pero es consciente de que hasta el momento es solo “una duda científica” para la que le gustaría tener una respuesta.
