Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: RRSS
Antonio Milanés, uno de los siete hijos del influyente cantautor cubano Pablo Milanés, presentó recientemente una íntima y sentida interpretación de “Ángel para un final”, canción compuesta por Silvio Rodríguez y emblemática de la trova cubana.
El joven músico compartió su versión en redes sociales con el mensaje: “Siempre me ha gustado cantar covers de canciones que quisiera haber escrito, aquí les irán unas cuantas. ¿Cuál será el próximo? Deja tu canción favorita en los comentarios”. En el piano lo acompañó Marlon Castro.
Recordemos que, “Ángel para un final”, incluida en el álbum Tríptico II (1984), es considerada una de las piezas más líricas y nostálgicas del repertorio de Silvio Rodríguez. Su letra evoca una vieja leyenda hogareña: cuando entre dos personas se instala un silencio incómodo, se dice que ha hecho su presencia un ángel.
Para muchos cubanos, la canción representa una alegoría del deseo no dicho, del amor que se vive en silencio. La escritora Wendy Guerra ha descrito este tema como “una entrañable canción de amor que sugiere la visitación de un ser alado a la sombra del mutismo que antecede un deseo”. Se trata de una pieza que ha traspasado generaciones, conectando con diversas emociones y contextos personales.
El propio Silvio Rodríguez relató en una entrevista con Guerra que compuso la canción entre Madrid y La Habana a fines de los años 70, en medio de una convalecencia por una faringitis. “La empecé en la calle Echegaray, donde un amigo me había dado albergue… un día recibí una visita con quien estuve conversando un rato, y en ese intervalo ocurrió el silencio que dio motivo a la canción,” contó el trovador.
La fuerza emocional de “Ángel para un final” ha trascendido incluso fronteras. En 2011, fue interpretada durante el funeral del presentador chileno Felipe Camiroaga, fallecido en un trágico accidente aéreo. A pedido de su familia, Silvio autorizó su uso, calificándolo como un “alto honor”.