Foto: Denis Makarenko | Shutterstock
Texto: Fede Gayardo
El reconocido actor estadounidense Val Kilmer falleció a los 65 años en Los Ángeles, dejando un gran legado en la gran pantalla gracias a, por ejemplo, sus interpretaciones del cantante Jim Morrison y el superhéroe Batman, o su participación en éxitos de taquilla como “Top Gun” y “Tombstone”.
La causa de su deceso fue una neumonía, complicación derivada de un cáncer de garganta que le afectaba desde 2014. Después de prolongadas especulaciones, el intérprete confirmó su condición en 2017 a través del documental autobiográfico “VAL”, en el que abrió su alma al público, compartiendo detalles sobre su salud y su vida privada.
Considerado uno de los íconos del séptimo arte en EE.UU., Kilmer nació el 1 de diciembre de 1959 en Los Ángeles, California. A los 16 años ingresó con una beca en la prestigiosa Julliard School y alcanzó notoriedad tras protagonizar la obra teatral “Slab Boys” en Broadway, compartiendo escena con nombres como Kevin Bacon y Sean Penn.
Con 25 años, debutó en el cine en “Top Secret!” (1984), una irreverente parodia de espías ambientada en la Guerra Fría, donde interpretó a un cantante estadounidense que, en pleno Berlín, se vio envuelto sin darse cuenta en una conspiración para la reunificación de Alemania del Este.
En 1986, Tony Scott lo eligió para integrarse en “Top Gun”, una aventura dramática sobre pilotos de caza de la Marina, en la que rivalizó con Tom Cruise, con quien posteriormente volvería a colaborar en “Top Gun: Maverick” (2022).
Entre sus interpretaciones más destacadas figura su encarnación de Jim Morrison en “The Doors” (1991), dirigida por Oliver Stone, que lo consolidó como un intérprete de gran fuerza.
Kilmer también brilló en “Thunderheart” (1992), donde, junto a Sam Shepard, dio vida a un agente del FBI, y en “The Saint” (1997), en el que se presentó como un ladrón ingenioso en un intenso juego de estrategia contra la mafia rusa.
Asimismo, en “True Romance” (1993), asumió el papel de Mentor, una figura que evoca a “Elvis” y que guía al antihéroe interpretado por Christian Slater, en una historia cargada de acción y drogas, concebida por Quentin Tarantino y dirigida por Tony Scott.
Además, ofreció una memorable interpretación de Doc Holliday en “Tombstone” (1993), un crudo western en compañía de Kurt Russell, Sam Elliott y Bill Paxton.
Su rol más recordado, sin embargo, fue el protagónico en “Batman Forever” (1995), donde compartió pantalla con Michael Keaton y George Clooney.
La versatilidad de Kilmer se hizo evidente en “Heat” (1995), donde formó parte de un grupo de ladrones en una cinta repleta de estrellas como Robert De Niro y Al Pacino. También compartió protagonismo junto a Michael Douglas en “El fantasma y la oscuridad” (1996), un drama de época ambientado en el África del siglo XIX durante la cacería de leones.
En “Pollock” (2000), protagonizada por Ed Harris en el rol del pintor Jackson Pollock, interpretó a Willem de Kooning. En 2003, se aventuró en un papel controvertido al interpretar a la estrella del cine para adultos John Holmes en “Wonderland”, y al año siguiente volvió a trabajar con Stone en “Alejandro Magno”, encarnando a Filipo II de Macedonia. Ese mismo periodo lo vio en la piel del protagonista del thriller político “Spartan”.
Según la crítica, otra de sus mejores actuaciones fue en “Kiss Kiss Bang Bang” (2005), una comedia de humor negro donde compartió créditos con Robert Downey Jr. La cinta mostró la química natural que existía entre ambos e hizo que Kilmer considerara como un “hermano” al que poco después se convirtiera en el centro del universo Marvel.
