Foto: Collage RRSS
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
“El Rey no estaba entre ellos”, así se lee en uno de los homenajes que se hizo en el aniversario 16 de la muerte de Elvis Manuel Martínez Nodarse el pasado abril. Elvis Manuel desapareció, se lo tragó el mar en su intento de escapar de Cuba, de buscar un futuro mejor, de cantar desde otra latitud. Partía el que fuera uno de los pioneros del reguetón cubano y uno de sus rostros más prometedores.
Con apenas 19 años había pegado “La Tuba”, “La rumba se formó”, “Bandolera”, “Ese soy yo”, “El Ditú” y “Esa Mulata”, entre otros. En su travesía hacia Miami su embarcación naufragó en el Estrecho de la Florida, repitiendo la triste historia de miles de cubanos que se han lanzado al agua. Partieron desde Pinar del Río, eran 19 y solo sobrevivieron 14. Los cinco restantes murieron o desaparecieron. El cuerpo de Elvis Manuel nunca fue encontrado.
“Déjala”, “Mírala”, “Sacando petróleo” y “Dale mambo” se habían convirtieron también en himnos, se escuchaban en todos lados, aún con el reguetón aflorando en el escenario musical cubano. Dicen que antes de partir trabajaba en un nuevo sencillo titulado “Esa mujer”, con el que quería conquistar los corazones de la comunidad latina en EE.UU.
Elvis Manuel se marchó en la noche del 7 de abril de 2008, en la cúspide de su carrera, dejando melodías que aún hoy se escuchan y tararean en Cuba. Él abrió un camino, marcó el paso para que otros empezaran a andar por los senderos del género. Él puso la banda sonora de una generación que lo cantó, lo gozó, lo bailó y también lo lloró. Se fue El Rey pero su trono no se quedó vacío.
A la pérdida de Elvis se le han sumado otras partidas, otros que se han ido antes de tiempo, sin tener que irse, sin querer irse. La “monarquía” del reguetón no se ha tambaleado, Elvis tuvo sucesores que han sabido defender el trono.
Hace cuatro años partió El Dany. Dijo adiós desde una sala de hospital en La Habana. Era la madrugada de un 18 de julio del 2020, con 31 años. A El Dany se le paró el corazón “producto de un trombo”, esa es la versión oficial, aunque alrededor de su muerte algunos manejaron otras hipótesis.
Junto a Yomil Hidalgo creó en 2009 DpuntoD, un proyecto que terminó dos años después pero que creó fuertes e indisolubles lazos. En 2015 volvieron a unirse para crear uno de los dúos más fuertes del género en la isla, Yomil y El Dany.
Crearon el trapton, una fusión de trap y reguetón, y pegaron en Cuba temas inolvidables como “Te paso a buscar”, “Rikaperry”, “Yo lo sé”, “Amanece” y “Como te descargo”, entre otros. Llegaron a los Billboard de la Música Latina y reventaron todas las listas de éxitos a diestra y siniestra.
Cuba lloró a El Dany también, sus seguidores salieron a la calle a despedirlo, a recordarle que la partida no fue definitiva, que siempre amanece. Yomil se ha encargado de que el legado de Daniel no muera, que su música siga sonando y que, a pesar de haberse ido, todavía hay que escuchar al “Sensei”.
Este jueves 10 de octubre falleció El Taiger, a los 37 años, y tras una semana en estado crítico en un hospital de Miami. José Manuel Carbajal Zaldívar no sobrevivió a la bala que le atravesó la cabeza. Lo encontraron en la parte trasera de un auto en una zona del vecindario de Allapattah.
Lo de José ha conmocionado a la comunidad cubana de dentro y fuera de la isla. Hay que ver solamente los homenajes, las vigilias, las velas, las oraciones…el llanto. El Taiger luchó por sobrevivir y sus fans se agarraron a la esperanza de la vida. No podía morir el hombre que sacudió a una generación, a un género. El animal que puso a temblar todos los escenarios que quiso y los que le faltaban.
El Taiger es La Bestia, La Machine, El Animal. Es Bonito, Apuesto y «todo lo demás, por supuesto», como él mismo cantara. Su muerte ha dejado cientos de titulares, en Cuba y el mundo. La prensa se volcó en esos días tortuosos para seguir casi minuto a minuto su evolución, ansiando un final diferente para “La Historia” que José ha escrito en la música cubana.
Más allá de las comparaciones, en las que unos pretenden desmentir constantemente a otros, demeritar o contraponer criterios, tenemos que estar de acuerdo en que José se ganó a una isla y logró que todos lo escucharan y lo lloraran. La música y la muerte desgraciadamente tienen también ese poder reconciliador.
Elvis Manuel, El Dany y El Taiger están todavía pavimentando un camino musical que no es perfecto y que, quizás, no debería serlo. Conocían demasiado bien el tumba’o, tenían la bomba para «reventar» los escenarios y para unir a la gente con sus beats…para empezar a escribir una historia a la que aún le quedan muchos capítulos.
