Foto: RL Hevia
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
La crisis de combustible, generalizada en el país y en todos sus tipos, continúa dejando un desabastecimiento y grandes tensiones entre la población pues, a los cortes eléctricos, se suma la imposibilidad de cocinar para quienes reciben gas licuado de petróleo (GLP).
Los impagos del Gobierno cubano a los buques extranjeros que transportan mercancías a Cuba limitó la entrada de alimentos, combustibles y, ahora, el gas licuado.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, informó en su cuenta en la red social Twitter que “después de varias semanas de tener el barco en nuestro puerto cargado de gas licuado, el suministrador accede a hacer una descarga parcial, a partir de los pagos que se han podido realizar”.
Con ello, afirmó, comienza dentro de horas la distribución de GLP, aunque no especificó a qué provincias del país.
Lo cierto es que desde hace algunas semanas el tema ha suscitado preocupación entre los cubanos por la inexistencia del producto, las largas listas para cuando entre o las limitaciones en las ventas.
Por ejemplo, a inicios de semana en Santa Clara se sufría “una nueva recaída porque se ha paralizado la entrega desde Cienfuegos y desconocemos cuándo retomará sus operaciones…transportamos el producto desde La Habana y deberemos tomar decisiones en el transcurso de la semana, que comunicaremos con inmediatez”, informaba a medios estatales directivos de la provincia.
En Las Tunas tampoco hay seguridad de lo que pueda suceder y ante las preocupaciones, funcionarios reconocieron que no pueden asegurar una fecha exacta para la reanudación del suministro en los puntos de venta del territorio.
La capital cubana no escapa de esta situación. Por solo mencionar un caso; en uno de los puntos de entrega del municipio Diez de Octubre tienen prevista la venta del GLP para el 10 de noviembre, dentro de un mes, luego de despachar por última vez el 30 de septiembre.
En medio de una de las mayores crisis energética en la Isla, donde es cada vez más difícil cocinar con corriente eléctrica –recordemos de las “entregas” de cocinas de inducción en algunas provincias– el desabastecimiento del gas licuado se convierte en otra preocupación entre quienes no cuentan con más alternativa que esperar a que aparezca el dinero para pagar el barco.