Foto: Cuba Noticias 360
Texto: Hugo León
Desde mayo de 2024, Cuba ha registrado casi 12 mil casos sospechosos de fiebre de Oropouche, según reveló Ileana Morales Suárez, directora de ciencia e innovación tecnológica del Ministerio de Salud Pública (MINSAP).
En una reciente reunión con la dirección del gobierno, Morales Suárez admitió que, además de las manifestaciones comunes del virus, se están observando complicaciones neurológicas y otros síntomas que no se encuentran descritos en la literatura médica existente.
«Estamos caracterizando clínicamente esta arbovirosis, evaluando cómo afecta a diferentes grupos, incluidos los ancianos, niños y embarazadas», explicó la funcionaria.
Se trata de una respuesta científica multidisciplinaria que abarca varios estudios, incluyendo investigaciones para determinar cómo evoluciona la enfermedad en Cuba.
Además, el Centro de Inmunoensayos está desarrollando un test rápido para diagnosticar la fiebre de Oropouche, mientras que el Instituto Finlay estudia la posibilidad de desarrollar una vacuna, mientras que el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) lleva a cabo estudios entomológicos para conocer más sobre el mosquito que transmite el virus, a fin de mejorar las estrategias de control del vector.
Pero uno de los problemas que enfrenta Cuba que hace más difícil el control del virus del Oropouche es la falta de saneamiento y la poca higiene en gran parte del país.
Sin combustible ni equipos para fumigar, sin presupuesto para el tratamiento de las aguas residuales, y sin camiones, ampiroles ni petróleo para combatir los basureros que proliferan en todo el país, los vectores como este mosquito que transmite el virus viven una especie de fiesta veraniega.
No pocos expertos han señalado precisamente los problemas de saneamiento y los basureros urbanos como factores clave en la propagación de múltiples enfermedades, como la fiebre de Oropouche, el dengue y los brotes diarreicos.
