Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Foto: Cuba Noticias 360
Convertido en uno de los problemas demográficos más significativos de la isla, con impactos profundos en su estructura poblacional y en el futuro de su desarrollo económico y social, el marcado descenso de la tasa de natalidad en Cuba, el más bajo bajo desde el triunfo de la Revolución, provocan en el país un elevado índice de envejecimiento y otras consecuencias.
Datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) y el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, muestran que la tasa de fecundidad se ubica alrededor de 1,4 hijos por mujer, cifra claramente inferior al nivel de reemplazo generacional.
En 2024 se registraron un total de 71.000 nacimientos, 19.075 menos que en 2023. Se trata de una tendencia sostenida en el país durante los últimos años. En 2023, Cuba reportó la cifra de 90.300 nacimientos, 15.000 menos que en 2020, cuando el número fue de 105.616.
La recurrente emigración de jóvenes en edad fértil, quienes buscan mejores oportunidades en otros países, contribuye, también, a este panorama. Un artículo de El País referido al tema, señala que tal éxodo repercute de forma directa en la pirámide poblacional, ya que reduce la proporción de personas en la franja etaria de 20 a 35 años, el grupo con mayor potencial reproductivo.
Los motivos de la baja natalidad abarcan tanto factores económicos, incluyendo dificultades para acceder a recursos básicos, como transformaciones culturales, entre ellas el creciente deseo de las parejas de priorizar la estabilidad financiera antes de tener hijos. De hecho, el retraso voluntario de la maternidad y paternidad se ha vuelto más común en las ciudades con mayores niveles de educación.
Aunque las autoridades cubanas han impulsado diversos programas de apoyo a las familias y han adoptado medidas para impulsar la natalidad, los “esfuerzos” aún no han logrado revertir la tendencia a la baja, sobre todo ante la crisis económica que atraviesa el país y la falta de un entorno laboral que retenga a los jóvenes.
El reto, asegura el medio español, radica en la urgente necesidad de adaptar el sistema de salud y la infraestructura social al creciente número de personas mayores. Con la tasa de natalidad en mínimos históricos, el foco debe permanecer en el ámbito de la seguridad social y las pensiones, que deben atender a una población envejecida.
Urge entonces la implementación de políticas integrales que combinen incentivos económicos, mejoras en la atención sanitaria y un abordaje cultural más amplio. Lo que podría revitalizar la tasa de natalidad por una parte y asegurar el bienestar de una población cada vez más longeva, por la otra, en un contexto calificado como “un país de viejos”.