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Texto: Redacción Cuba Noticias 360
Pese a los esfuerzos gubernamentales para disimular los elevados niveles de inseguridad ciudadana que imperan actualmente en Cuba —resultado directo de la terrible crisis económica y espiritual que vive el país—, casos como el reportado recientemente por la prensa revelan a las claras el aumento del delito en toda la geografía nacional.
Una persecución al más puro estilo de Hollywood tuvo lugar, a plena luz del día, en una zona céntrica de la ciudad de Sancti Spíritus, cuando un grupo de adolescentes, casi niños, intentaron arrebatarle una cadena de oro a una señora y lo que pensaron que sería pan comido terminó con ellos esposados y los vecinos tomando la justicia por su mano.
Todo había comenzado mientras varios espirituanos limpiaban la cisterna de la comunidad, según relató a los medios del territorio Norma Julien, la víctima del robo.
“Ya se había recogido todo y se habían retirado, pero yo estaba agachada abriendo una zanja. Sentí que me halaron fuerte la cadena y veo que me la habían reventado —describió—; cuando miro, veo los tres muchachos corriendo y salí detrás de ellos gritando: Atájalos, que me llevan la cadena”.
Entonces, todo el que escuchó se sumó a la persecución que se prolongó durante unas dos cuadras. “Primero cogimos a uno, otro grupo que se había incorporado siguió corriendo y cogieron al otro, que era el que llevaba la cadena, todos eran jovencitos”.
El doctor Alex Luis Gómez Bermúdez, el “héroe” de esta película, narró su visión de los hechos: “Acababa de llegar del trabajo cuando siento a los vecinos y a la mujer que gritando: Cógelo, cógelo. Este no es un lugar donde suelen pasar esas cosas, salgo y veo a varios conocidos que estaban cayéndole atrás a los muchachos que intentaron robar y me mandé a correr. Yo me dije: Algo pasó, o entraron a una casa a robar o atacaron a alguien en la calle. Yo corrí sin saber lo que estaba pasando o lo que estaban buscando”.
Tan fatales se pusieron los asaltantes, que además de los vecinos, se sumó a la carrera el teniente coronel Elionel Plascencia Castillo, jefe de una unidad operativa de la Seguridad del Estado, quien acababa de salir de una reunión en el Gobierno Provincial: “Vimos a la población cayéndole detrás a unos jóvenes y salimos inmediatamente”.
Acostumbrado a salvar pacientes, no a atrapar ladrones, el doctor Alex todavía no se cree la peculiar historia de heroicidad que protagonizó: “Con la ayuda de todos, los pudimos atrapar. Uno de los muchachos iba con un arma blanca, uno tendría como 13 años. Cuando la policía llegó, nosotros los teníamos custodiados —aseguró—. Corrí porque hay que ayudar a las personas, porque me puede pasar a mí también y, si no los cogemos, mañana vuelven por aquí”.