Foto: RL Hevia
Texto: Fede Gayardo
La economía cubana continúa deteriorándose en medio de un contexto cada vez más adverso, a rezar por los datos y las alertas de los especialistas durante los últimos años. Muestra de ello lo da un reciente informe que evidencia la caída de un 19% del tráfico de cargas de Cuba en 2024.
Un reporte de la agencia Reuters señala las cifras ofrecidas por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI) en este sector que abarca el transporte terrestre, marítimo y aéreo.
Según los números, durante el pasado año se movilizaron 46,5 millones de toneladas métricas, mostrando una disminución considerable en comparación con los 57,5 millones registrados en 2023 y los 68 millones alcanzados en 2019.
Además, estos datos marcan la cifra más baja en dos décadas, una tendencia atribuida, en gran medida, a la notable reducción en la producción de azúcar y alimentos, así como a las dificultades para trasladar combustibles y materiales de construcción, originadas por la drástica caída de los ingresos necesarios para adquirir dichos bienes por parte del gobierno cubano.
Analistas como Ricardo Torres, economista cubano de la American University de Washington, conformaron que “el transporte de mercancías es el pulso de una economía. Esto nos indica que Cuba atraviesa una profunda crisis económica”.
Mientras, su colega Omar Everleny puntualizó que, pese a que aún se aguardan los datos oficiales del PIB de 2024, se anticipa también “una disminución de al menos otro 4%”, cifra que se sumará al 12% acumulado desde 2019.
En este mismo contexto, en diciembre pasado el presidente Miguel Díaz-Canel ya había admitido que las reformas orientadas al comercio se están implementando a un ritmo inferior al esperado y que sus efectos aún son limitados.
Esta situación obliga a la isla, según refiere, a vivir “prácticamente al día” y enfrentar numerosos desafíos.
“Transitamos un momento muy duro, prácticamente vivimos al día. Son muchas las quejas del pueblo, justas (…) Luego, están los arduos ejercicios diarios para decidir dónde poner las limitadísimas divisas de las que disponemos en temas que constituyen prioridades”, reconoció Díaz-Canel.
Una de las estrategias del Estado cubano ante la falta de dólares fue la apertura de tiendas que operan exclusivamente en esta moneda como una especie de salvavidas para la economía cubana.
Sobre esta medida, la viceministra primera de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo de la Torre, dijo que “ante el déficit de divisas, se consideró necesario dolarizar parcialmente la economía como medida de corto plazo, transitoria y con una implementación gradual para evaluar sus efectos”.
A pesar de ello, la estrategia continúa siendo muy criticada en el país, sobre todo por aquellos a los que les resulta imposible acceder a los productos en divisas extranjeras, los cuales se plantean como única opción ante el desabastecimiento total de otros mercados.
La caída del tráfico de cargas de Cuba y la dolarización “parcial” de la economía se unen a otros factores como la falta de combustible, los apagones totales, la falta de insumos médicos y medicamentos, o la insalubridad y el mal estado de las calles; todos muestra de la aguda crisis que vive actualmente la isla.
