Foto Collage: RRSS
Texto: Fede Gayardo
Esta semana se vivió un episodio dramático en la ciudad de Matanzas, cuando Yunier, figura muy querida de la ciudad y conocido como “el loquito baterista”, sufrió un brutal ataque en las inmediaciones de la terminal provincial.
Según denuncias difundidas en el grupo de Facebook ‘Compraventa en Matanzas’, el músico fue objeto de cuatro puñaladas mientras realizaba su habitual ruta nocturna, en la que deleita al público con su batería artesanal creada a partir de materiales reciclados.
El suceso, presuntamente motivado por un intento de robo, no impidió que Yunier, considerado un emblema cultural por los matanceros, resistiera la agresión. Tras ser atendido de inmediato en un centro hospitalario, fue trasladado a su domicilio situado en la calle Pilar, entre Candelaria y Covadonga, en el barrio de Playa, donde continúa en proceso de recuperación. Hasta el momento, las autoridades no han logrado identificar al responsable, y la investigación permanece en curso.
A pesar de padecer una discapacidad mental ocasionada por complicaciones neurológicas derivadas de una fiebre infantil, Yunier se ha ganado el reconocimiento y el afecto de la comunidad no solo por su destreza musical, sino también por su calidez humana, creatividad y espíritu apacible, según refiere la publicación en redes sociales
Diariamente, su presencia en las calles de Matanzas anima a los transeúntes con improvisadas melodías, las cuales se convierten en un homenaje a la resiliencia y al talento que trasciende cualquier adversidad, razón por la que también es apodado “el hombre orquesta”.
La noticia de su agresión ha causado una ola de repudio en las redes sociales, donde numerosos usuarios condenaron el acto y reclamaron mayores medidas de seguridad en la ciudad.
Los internautas han calificado el incidente como “inhumano” e “injustificable”, y expresaron su consternación ante lo ocurrido. Además, el caso ha encendido el debate sobre la seguridad y la protección de los habitantes y de los que, como Yunier, deambulan por las calles de la ciudad a diario sin un respaldo de las autoridades.