Foto: RL Hevia
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
El Gobierno cubano informó, en palabras de Eduardo Rodríguez, ministro de Transporte, una nueva política encaminada a la comercialización de vehículos en la Isla, paradójica si se tiene en cuenta la crisis de combustible que existe en el país y que será solo para unos pocos.
Sin embargo, el titular remarcó que la medida “ayudaría” a modernizar el parque vehicular en la Isla, alcanzar una mayor seguridad vial, estimular la producción y a un mayor uso de vehículos con energías limpias facilitando nuevos medios de transporte para la sociedad.
Alguna de las novedades “más antiguas” es que finalmente aquellas personas que tienen misiones en el exterior podrán importar vehículos por una sola vez, un reclamo de años y que no tendrá en cuenta, por lo menos según lo anunciado, a quienes ya cumplieron esas misiones y nunca pudieron hacerse de un carro propio.
Otra incorporación es que las personas podrán importar ciclomotores y motocicletas de combustión de baja cilindrada (250 cc), con o sin sidecar, tanto por la vía de pasajeros o por envío, así como la importación de triciclos eléctricos con capacidad superior a dos plazas o con capacidad de carga, remarcando la preferencia por aquellos que tienen paneles solares que tienen beneficios arancelarios.
Se mantiene también la importación directa por parte de las personas naturales de ciclomotores y motocicletas eléctricas bajo las condiciones actuales.
Por otra parte, continúa la importación y comercialización de vehículos en divisas convertibles y ajustando los precios de venta de modo que no variarán si el comprador es una persona jurídica o natural, con precios inferiores a los actuales para esta última.
Sin embargo, los aranceles, servicios de aduana e impuestos, serán en divisas convertibles.
Aunque las personas jurídicas estatales requieren una autorización del Consejo de Ministros para transmitir la propiedad a una no estatal, cual mecanismo burocrático controlador, la nueva política dispone la transmisión de la propiedad entre personas naturales y jurídicas, excepto las diplomáticas extranjeras.
De igual forma, serán comercializados en moneda nacional los vehículos en buen estado técnico que queden disponibles en el mercado cubano, entre ellos, los que concluyen su explotación en el turismo.
Se ajusta y generaliza el impuesto especial por la venta de los vehículos, el que variará desde un 35 % del valor total de la venta en divisas convertibles, en el caso de los vehículos de gama alta, hasta no aplicarlo cuando se trate de vehículos eléctricos ensamblados en Cuba.
Precisaron que una persona natural o jurídica puede adquirir hasta seis vehículos en cinco años, al ajustarse el criterio del impuesto progresivo en divisas convertibles por la cantidad de vehículos a adquirir por una persona natural o jurídica, a partir del tercer vehículo que se adquiera de las categorías, motocicleta, auto y auto rural.
Asimismo, autorizan la comercialización por reposición en moneda nacional de los vehículos enteros que resulten baja técnica en la renta del turismo y puedan ser recuperados por los compradores interesados.
En un intento de contrarrestar el hecho de que esta medida beneficia a solo unos pocos, se escudaron en que los resultados se destinarán a recaudar fondos para sostener y desarrollar el casi inexistente transporte público de pasajeros, además de las infraestructuras y las estaciones de carga a partir de energía de fuentes renovables.
Esta política abre el camino para acentuar las diferencias dentro de la sociedad. Sería ingenuo aceptar que la comercialización o importación de autos de unos pocos pudieran, como aspiran desde el Ministerio, solucionar la crisis existente para aquellos que no pueden aspirar a un carro.
