Foto: RRSS
Texto: Hugo León
El periódico estatal Girón, órgano de prensa oficial de Matanzas, publicó este martes un fotorreportaje en el cual intenta mostrar el lado positivo de interminables horas diarias de apagón en la provincia cubana, y como era de esperarse, en redes sociales el texto fue recibido con poca gracia por miles de cubanos que viven en penumbras mientras un periodista intenta asegurarles de que es bueno.
“En cada apagón, las calles de Matanzas vuelven a encenderse con la chispa de la infancia. La falta de electricidad ha devuelto a los niños a las aceras, a los portales, a los solares polvorientos donde antes reinaba el bullicio de nuestras propias infancias.”
El texto, de la autoría de Raúl Navarro González, rememora su infancia, cuando los pequeños jugaban hasta el anochecer en la calle, experiencias que las nuevas generaciones han suplido por otras relacionadas con las nuevas tecnologías y que ahora se vuelven a rescatar “gracias” a los llamados alumbrones.
“Quizás la crisis nos ha devuelto, sin querer, un pedazo de lo que siempre extrañamos. Y mientras las luces siguen apagadas en las casas, las memorias de la infancia vuelven a encenderse en las calles.”
La respuesta de los internautas al periódico Girón
Ante una visión tan romántica y conformista de la compleja situación electroenergética que vive Cuba, donde las familias deben realizar malabares para sortear, en muchos lugares, hasta 20 horas de apagón, los comentarios en redes sociales no se hicieron esperar.
“Este post lleva denuncia; porque es una burla hacia esos niños y sus familias. (…) La falta de electricidad no es ninguna broma o motivo de nostalgia, es un servicio básico que, al faltar, afecta la alimentación, el sueño, la salud física y mental, las rutinas diarias y comunes que cualquier hogar, etc. Debería darles vergüenza”, comentó una internauta.
Otra cubana señala que nació en 1980, sufrió los apagones de la década siguiente y aunque como niña jugaba, se divertía y sabía que sus adultos cuidaban de ella, su familia sufría.
“Eran alumbrones, no apagones. Y no, no me parece para nada romántico, divertido ni feliz que haya 20 horas sin energía eléctrica en ningún lugar de esta isla. No lo merecemos, nuestros hijos y nietos no lo merecen. Basta de romantizar el desastre. Respétense y respétennos, y sobre todo, respeten a los niños, que son los futuros jóvenes que verán a su pasado sin luz y dirán que mejor irse de este pueblo a oscuras”, concluyó.
Muchos coinciden en que la diferencia entre los niños de hoy y los de hace 30 años es que las nuevas generaciones de cubanos están creciendo sin las necesidades básicas cubiertas, fundamentalmente las relacionadas con la alimentación.
“No normalicen más nuestra miseria, que no hay nada positivo que sacar de este ocaso. Un poco de empatía, que los refrigeradores están vacíos, el barrio huele a carnavales y no precisamente por el pollo asado, la noche oscura se hace eterna y no podemos dormir por el calor y la preocupación sobre qué poner en la mesa el día siguiente”, resaltó otra afectada.
Otro tantos también ven con malos ojos que el fotorreportaje muestra a los niños jugando en la calle pero no expone imágenes de ellos mismos a largas horas de la noche, en la oscuridad, muchos sin poder comer esperando a que llegue la electricidad.
“Dentro de poco estaremos los niños y los adultos en la calle encendiendo fuego con piedras para el casabe y bailando el areíto. Al paso que vamos… rescatando una romántica comunidad primitiva”.
Cuba atraviesa una profunda crisis electronenergética que ha provocado varias desconexiones de sus sistema nacional. En todas las provincias del país suceden prolongados apagones de mas de 20 horas diarias, generando una tensa situación para las familias de la Isla.