Foto: RL Hevia
Texto: Redacción Cuba Noticias 360
A la espera del próximo capítulo de la telenovela que protagoniza el lanzador Leandro Martínez, bien vale recapitular qué ha pasado entre el jugador y los directivos del béisbol en Granma para que su diferendo se haya convertido en el nuevo culebrón del béisbol cubano.
Sobre el tema ha hecho leña todo el mundo, desde páginas de Facebook y sitios especializados cuyo único interés es aglutinar la mayor cantidad de “likes” posibles, hasta periodistas y entrenadores de notable prestigio que se han visto en la obligación de interceder ante la aparente injusticia que se está cometiendo con una de las principales figuras de la pelota en esa provincia.
La historia comenzó a finales del mes pasado y, por lo visto, cada parte carga con su dosis de culpa. A priori, el conflicto no se aleja mucho de otros tantos que ocurren con más frecuencia de la que las autoridades deportivas quisieran admitir, pero en esta época de internet todo se convierte en material altamente volátil al alcanzar las redes sociales.
El 27 de enero último, el director de los Alazanes de Granma, Ángel Ortega, declaró a una emisora local que no contaba con los servicios del veterano zurdo de 45 años para la venidera Liga Élite debido a que este no se había presentado a los entrenamientos en la fecha prevista y no había ofrecido justificación. Sin embargo, el avezado director no se esperaba que el propio pitcher saliera a desmentirlo, alegando que él si se había comunicado con el metodólogo provincial para explicar su situación.
Pero el “pecado capital” que Leandro cometería fue defender su caso en medio no autorizado. El pitcher escogió el grupo de Whats App Desde las Gradas con Andino para explicar todo lo sucedido, en una entrevista que luego sería replicada en la página de Facebook de este canal. El jugador envió varios audios contando su versión, donde quizás no realizó la mejor selección de palabras.
Así la situación fue escalando hasta que el pasado viernes durante la selección de los refuerzos para la Liga Élite, en el estadio Latinoamericano, el mánager granmense le manifestó al periodista Evyan Guerra que Leandro estaba bajo “un proceso de análisis en el INDER provincial. Hay comisiones hechas que están analizando su situación”.
La polémica alcanzó el punto de ebullición cuando en este fin de semana se filtró que el jugador ya ha sido sancionado un año por incurrir en la indisciplina de brindar declaraciones a un medio no autorizado, según el reglamento del béisbol cubano, aunque todavía no se ha hecho oficial.
Esto trajo consigo otra ola de críticas en las redes sociales que llevó a uno de los profesionales más serios de la prensa en la provincia Granma y todo el país, el corresponsal de Juventud Rebelde, Osviel Castro, a reflexionar al respecto en un artículo publicado ayer en la web de Radio Bayamo.
El respetado periodista reconoció que “soy de los primeros que están en contra de la sanción y el escarmiento sin analizar con profundidad este paso; soy de los cree que Leandro, siempre sigiloso y poco dado a los medios, ya ha tenido suficiente con esta tormenta en el final de su carrera, que incluye dos clásicos mundiales y 17 series nacionales”.
“Pero, en la vida real, hay mucho más que desavenencias bilaterales. En nuestra precaria prensa no saldrían a la luz, por “ética” cuestionable, las divergencias más allá de las palabras entre el pitcher y el anterior director, Leonardo Soto, o el mote que manejan sus compañeros tras bambalinas por su carácter, o las autorizaciones para ausentarse de este u otro entrenamiento, que siempre levantan recelos en el grupo”, agregó.
Otro de los que piensa que Leandro no debería ser sancionado es el reconocido entrenador José Manuel Cortina. “En los últimos años, he visto una tendencia superficial sobre el tema. No es la primera vez que oigo que se sanciona a alguien por dar entrevistas. Creo que hay que revisar bien, porque esto afecta al béisbol”, dijo.
El experimentado preparador pinareño apuntó igualmente que “el problema no es si Leandro está con Granma o no. El director tiene el derecho de no tenerlo, eso es verdad. Sin embargo, Leandro tiene el derecho de ir a otro equipo que lo llame. Lo que no existe es que esté sancionado por dar una entrevista”, sentenció.
Ahora solo resta vez cual será el veredicto de los órganos competentes: si utilizarán nuevamente este pretexto para utilizar de “chivo expiatorio” a un pelotero que habló más de lo que a los “jefes” les gusta, o alguien entrará en razón y evitará que corra la sangre en el ocaso de un atleta, que entre luces y sombras, ha defendido dos veces al equipo Cuba en un Clásico Mundial, por solo citar un ejemplo de su carrera.