Foto: Cuba Noticias 360
Texto: Fede Gayardo
El Virus de Oropouche se ha extendido a lo largo y ancho de Cuba, afectando a pacientes en todas las provincias y dejando secuelas en muchos de ellos. Así lo confirmó el Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap) en un reciente informe sobre la situación epidemiológica en la isla.
Durante el seminario virtual “Actualización de Oropouche en las Américas: experiencia de la respuesta al brote en Cuba”, el doctor José Raúl de Armas, jefe del Departamento de Enfermedades Transmisibles del Minsap, señaló que el virus ha alcanzado el 100% de las provincias y el 78% de los municipios.
Hasta la fecha, se han reportado un total de 23 639 casos sospechosos y 626 confirmados, lo que representa un incremento significativo desde septiembre de 2024, cuando se estimaban alrededor de 12 000 casos probables desde la detección del primer contagio en mayo del mismo año.
Sin embargo, la cifra real de afectados podría ser mucho mayor. Como es sabido numerosos ciudadanos evitan acudir a los centros de salud debido a las limitaciones en infraestructura, escasez de medicamentos y falta de insumos básicos. Cn este escenario, algunos cubanos optan por quedarse en casa sin ser registrados en las estadísticas oficiales.
El deterioro de las condiciones higiénico-sanitarias en las ciudades cubanas también ha agravado la situación. La acumulación de desechos facilita la propagación de los insectos que transmiten el virus. El principal vector es el jején (Culicoides paraensis), aunque el mosquito Culex quinquefasciatus también puede actuar como transmisor.
Según el doctor De Armas, entre los 626 casos confirmados hasta el 10 de enero, 76 pacientes desarrollaron el Síndrome de Guillain-Barré, 25 presentaron encefalitis y 15 meningoencefalitis. Además, subrayó que aún hay 44 municipios donde no se han registrado casos confirmados por pruebas de laboratorio.
Por su parte, el doctor Osvaldo Castro Peraza, jefe del Servicio de Hospitalización del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), advirtió que más del 30% de los pacientes atendidos en el instituto sufrieron recaídas aproximadamente 16 días después de los primeros síntomas, un patrón característico de esta enfermedad según estudios científicos.
En el IPK, la variante más común del virus ha sido la de síntomas gastrointestinales, presente en casi la mitad de los casos. También se han identificado otras manifestaciones como fiebre inespecífica, erupciones cutáneas y afectaciones neurológicas.
Los casos menos graves han mostrado signos de neuropatía autonómica, con síntomas vinculados al sistema nervioso neurovegetativo, un fenómeno sin precedentes en el país ante un brote de esta naturaleza.
Debido a esta situación, los expertos insistieron en la necesidad de fortalecer las estrategias de prevención y control epidemiológico para reducir el impacto de la enfermedad en la población.